Domingo, 28 de Abril de 2024

Lagomarsino: "tenía miedo y no confiaba ni en la custodia"

El dueño del arma con que murió el fiscal federal Alberto Nisman relató que el sábado anterior a la muerte del fiscal éste le preguntó si "tenía un arma" y le dijo que "tenía miedo y no confiaba ni en la custodia".

28-01-2015



En una conferencia de prensa en el estudio de su abogado, el licenciado en informática que trabajaba para la Unidad AMIA contó que ese sábado Nisman lo llamó diciendo si podía ir a su vivienda en Puerto Madero y agregó que le pidió un arma porque "tengo miedo por las chicas -sus hijas- y que un loquito venga y me pegue un palazo por traidor".

En el estudio de su abogado defensor, el penalista Maximiliano Rusconi. El hasta ahora único imputado por la muerte de Nisman, reconoció haberle facilitado al fiscal especial del caso AMIA una "vieja" pistola Bersa calibre 22 y brindó algunos detalles de su visita al piso 13 de la torre Le Parc el sábado anterior a que el fiscal apareciera sin vida.

Según Lagomarsino, Nisman "no confiaba ni en su custodia" y por ese motivo le pidió ayuda para conseguir un arma. "Mirá si viene un loquito con un palo y me dice 'traidor hijo de puta'", habría argumentado el fiscal al momento de la solicitud.

En la rueda de prensa contó que ese sábado estaba en su casa de Martínez, cuando recibió un llamado de Nisman, que le pedía que lo vea en su departamento de Puerto Madero. Al llegar allí, dijo que "no estaba la custodia", porque el fiscal "la había mandado a hacer un trámite".

Ya en el departamento, Nisman le habría confesado sus temores por su seguridad y ahí llegó la consulta sobre el arma.

Lagomarsino según sus dichos, agregó que accedió y se comprometió a traerle una "vieja" pistola Bersa calibre 22. Volvió a Martínez para buscarla y cerca de las 19 retornó a Puerto Madero.

En su segunda visita a Le Pac, Lagomarsino dijo haberse cruzado con los custodios e incluso subió con uno de ellos. Nisman abrió la puerta de servicio, le entregó un sobre al policía y "me hizo pasar".

"No soy un experto en armas, pero la persona que me enseñó a usarla me dio unas reglas de seguridad, yo se las expliqué al fiscal". Entonces, Nisman habría hecho "toda la operatoria, probar, cargar".

"Me dijo que si el arma era vieja no me preocupara, porque en la semana iba a comprar otra", le habría dicho Nisman. Lagomarsino le habría querido entregar la tarjeta roja, de portación, pero el fallecido fiscal la rechazó. "No me hace falta, soy fiscal, nadie me va a parar, tenela vos para comprar balas".

Por último, explicó que después de las explicaciones relacionadas al uso, Nisman le habría pedido que lo deje solo, porque tenía que seguir trabajando en la presentación que haría ante el Congreso.

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